sábado, 13 de abril de 2013

El Estrés





Manos sudorosas, un nudo en el estómago, sensación de ahogo, sudores fríos, insomnio, agresividad sin motivo... Hay infinitas manifestaciones del estrés. Frente a una situación molesta, el corazón comienza a latir más rápido, la sangre altera su composición debido a la secreción de dos hormonas, la adrenalina y el cortisol y un aumento drástico del nivel de azúcar.

    Es una herencia que viene de muy lejos: cuando nuestros ancestros cazaban para alimentarse y se encontraban cara a cara con un mamut, debido a la tensión de la situación, tenía lugar una reacción fisiológica que les hacía huir y salir corriendo. Buena noticia: el estrés no es una emoción, sino una reacción fisiológica que desaparece cuando lo hace la causa que lo provoca. Si no puedes eliminar aquello que te produce estrés, he aquí algunos sencillos consejos para tranquilizarse, fáciles de llevar a cabo en cualquier situación.


*Respira: nunca se insistirá suficientemente en la importancia de la respiración: una respiración bien controlada puede permitir calmarse en situaciones de tensión. Aprende a respirar por la nariz de manera natural y sin forzar y a expirar muy lentamente contrayendo suavemente los músculos abdominales. Unos minutos respirando así son suficientes para sentirse más relajado y tranquilo. Por otra parte, está el método rebirth, que ayuda a conocer mejor nuestro cuerpo y así reaccionar mejor ante las agresiones. Este método permite trabajar las inspiraciones fuertes y las expiraciones suaves y relajadas. Después intenta encadenar esta respiración con una sesión de relajación, practicando primero bajo la dirección de un profesional, para tomar conciencia de cada parte de tu cuerpo: poco a poco aprenderás a eliminar las tensiones inútiles.


*Escucha: ciertos tipos de música o ciertos sonidos tienen virtudes eminentemente relajantes. Te toca descubrir los sonidos que te calman y te relajan. Mozart, las cantatas de Bach, los sonidos de la naturaleza o el canto de los delfines. El principio en el que se basa es sencillo: intenta consagrar algunos minutos al día o más si tienes tiempo, a escuchar esos sonidos que te apaciguan: en poco tiempo sabrás crear y reproducir una situación de relax total.

*Ríe: la risa es una buena forma de desechar el estrés. Pone en juego reacciones musculares, respiratorias, nerviosas y psíquicas, además segrega endorfinas que esparciéndose en el cerebro, influyen en nuestro bienestar. Tú decides: ve películas cómicas, invita a amigos divertidos a cenar, créate una base de datos con chistes y bromas. Intenta también forzarte a sonreír frente a un problema o una situación delicada. Resulta un poco artificial al principio, pero verás enseguida que la sonrisa ayuda a relativizar los problemas y relaja a tu interlocutor.


*Canta: primero porque el canto implica una respiración abdominal y hemos visto anteriormente la importancia de dicha respiración. También porque las cuerdas vocales están relacionadas directamente con nuestro estado nervioso y emocional. Cuanto más estresados estamos, más tensas están nuestras cuerdas. Cantar las relaja y apacigua las tensiones. La energía vuelve y la respiración también. Olvídate de los complejos, canta siempre que puedas, en la ducha, en el carro, mientras cocinas o en un karaoke.



*Masajes en los pies: los chinos, que utilizan la reflexología plantar desde hace milenios o los rusos, que se hacían masajear los pies antes de dormirse, conocen bien las virtudes de este método ancestral. El principio en el que se basa es sencillo: todos los órganos de nuestro cuerpo tienen un punto de correspondencia en nuestra bóveda plantar. Estimulando estos puntos a través de un masaje, podemos aliviar y curar pequeños males o molestias, incluido el estrés.
 

*Haz listas con las tareas pendientes: para los hiperactivos desbordados, no olvidemos las virtudes de hacer listas con las tareas pendientes. Escribirlas en un papel permite banalizar la situación: se convierten, de repente, en cosas más accesibles y realizables, tenemos la impresión de controlarlas más. Esto te da una sensación de bienestar inmediato.

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